10 conclusiones sobre el Metropolitano, Transantiago y Transmilenio
Luego de viajar cientos de veces y observar los múltiples comportamientos de los usuarios del Metropolitano (Lima-Perú), el Transantiago (Santiago-Chile) y el Transmilenio (Bogotá-Colombia), comparto con ustedes algunas conclusiones de mi ensayo que pronto saldrá a la luz. Por ahora estoy puliendo el texto final y negociando la publicación con las más grandes editoriales de habla hispana. También espero la oportunidad para hacerle llegar mi texto a Mario Vargas Llosa para que me mencione, mínimamente, o aunque sea diga: “Fue escrito por un cacaseno”.
Estas son las esperadas conclusiones:
1. Si una persona lee parada, con bus en marcha, posiblemente lo haga para que alguien que le gusta lo mire. Se les detecta porque cogen el libro de una manera tal que hasta el chofer puede saber de qué libro se trata.
3. Algunos viajan tan pegados que al bajar del bus optan por empezar una relación.
5. El viajante frecuente reclama impunidad para golpear con el extinguidor a los que escuchan música sin usar audífonos.
7. El 1% de ese 99% permanece inmóvil al inicio de la cola, convencido de que el amor de su vida llegará. Sin embargo muere de inanición o pisoteado. Los encargados de las cámaras borran ciertas imágenes que los canales no logran transmitir.
9. Los usuarios afectados por el latrocinio se dan cuenta de que les falta la billetera o el celular cuando recobran la conciencia del “yo” y dejan de lado el instinto que nos convirtió en carnívoros para sobrevivir luego del período cuaternario.
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